Cuando enfrentamos un problema, la primera reacción que tenemos es “todo es culpa de él o de ella”. Y actuamos como si fuésemos la víctima de ese hecho. ¿Te recuerda algo? Yo también pasé por el mismo patrón toda mi vida hasta que aprendí las enseñanzas Zen del Maestro Miao Tsan. Para cambiar nuestro patrón habitual y elevarnos, la recta comprensión es fundamental. Te invitamos a leer la guía del Maestro a continuación:
“Cuando enfrentamos problemas, lo primero que debemos hacer es reconocerlos y estar dispuestos a enfrentarlos de manera directa; o sea, debemos vernos a nosotros mismos como los únicos creadores del problema y los únicos que lo percibimos en este momento. El conocimiento de las escrituras o el haber escuchado la verdad no es suficiente para comprender totalmente este hecho. Se trata de entender profundamente, desde el fondo de nuestro corazón, que somos los actores principales en este drama de felicidad, tristeza, unión y separación. Esta vida que experimentamos es únicamente nuestra.
Los problemas no se originan fuera de nosotros. Si no captamos o aceptamos esto, e insistimos, en cambio, en depositar la responsabilidad fuera de nosotros creando culpas, no estamos adecuadamente preparados para elevarnos espiritualmente, y mientras no comprendamos esta verdad, no lograremos alcanzar el verdadero éxito en la vida. Al permanecer ciegos ante la raíz de un problema estamos actuando como soldados que ignoran la ubicación de su enemigo. Es imposible resolver un problema si no conocemos su causa, por lo tanto, a menos que seamos capaces de sostener la responsabilidad sobre nuestros hombros y abocarnos a la auto-reflexión, perderemos la oportunidad de generar un cambio”.
