Un nuevo capítulo

e-Sabiduría
Posted on 10.28.11 | by admin

Esta mañana sentía lástima de mí misma y abrí mi casilla de correo electrónico con miedo a lo que me podía encontrar.  Al principio de la infinita lista, figuraba la Sabiduría de la semana.  Se le envía estas sabias palabras a la gente que figura en una lista de distribución y que ha indicado que les interesa recibir un poco de la sabiduría del Maestro Miao Tsan en su bandeja de entrada. Como es lógico, los pensamientos no se seleccionan individualmente para cada uno de los destinatarios.

“Nuestra tendencia mental habitual es la dirección que han de tomar nuestros pensamientos cuando no superamos de forma consciente esta inercia para liberarlos del camino de menor resistencia”.

De Sólo usa esta Mente, de Miao Tsan

Increíble.  Esto era la patada en las posaderas que necesitaba.  La tendencia mental habitual es una forma muy elegante de decir que estás estancado en la rutina.  Todos tenemos nuestra rutina mental: nadie me quiere; soy una persona horrible; nunca voy a ser bueno para nada; la gente siempre se aprovecha de mí; nunca me voy a poner al día; nunca voy a tener una buena relación… y la lista sigue.

En verdad no importa cuál sea la rutina en la que estamos estancados.  Lo que importa es que reconozcamos que la elegimos.  De hecho, no sólo la elegimos sino que también la creamos y, lo más probable, (a menos que estemos iluminados) es que cada día nos empeñemos en hacerla más y más profunda creando los mismos pensamientos negativos, buscando indicios en nuestra vida que convaliden estos pensamientos y demostrando que no tenemos ningún control de nuestras vidas.

¿Pero saben qué?  He aprendido del Maestro que podemos elegir.  Podemos pensar esos pensamientos que se cumplen y quedarnos en nuestra vieja rutina, o podemos liberarlos. Muchas de las cosas que consideramos verdaderas no son más que ilusiones creadas por nuestros pensamientos habituales.  La realidad es la realidad y los sentimientos son los sentimientos. Los sentimientos son los que complican todo, y los sentimientos con sus proyecciones es aquello a lo que me refiero cuando hablo de mi situación, cómo me fue en el día, mi “realidad”.

Se requiere de poco, a veces de mucho, esfuerzo para crear un nuevo pensamiento.  Puede que nos dé miedo.  ¿Quién afirma que tenemos permiso para pensar estos pensamientos que nos permiten desviarnos de nuestra vieja y negativa letanía? Bueno, ¿quién necesita hacerlo?

Esta mañana la Sabiduría de la semana me sacó de mi rutina negativa.  No era una rutina muy profunda en particular, sólo un sentimiento de tristeza, de esos que te hacen preguntarte “¿de qué sirve?”.  Pero ese pequeño recordatorio era lo único que necesitaba para darme cuenta de que mi mañana era triste porque yo elegía crear pensamientos tristes.  Y decidí pensar en mi día de una manera distinta.  El sentimiento de tristeza no desapareció, pero pude separarme de él y decir: “Te veo, sentimiento de tristeza; pero tú no eres yo”.  Y luego de aquel esfuerzo diminuto para dejar de vivir en la rutina, sonreí.

Ahora voy revisar mi correo electrónico de manera mucho más eficiente, gracias a aquel pequeño regalo en mi bandeja de entrada.

Una taza de té
Posted on 10.18.11 | by admin

Mi madre siempre me decía que por más que me quedara observando la tetera, el agua no herviría. Decía que siempre encontraría lo que buscaba en el último lugar donde se me ocurriera buscarlo.  Yo quería comprender lo que me decía, pero la verdad de sus afirmaciones se me escapaba.  Como es lógico, el agua sí hervía.  Como es lógico, encontraba lo que buscaba si sabía dónde buscarlo.  Simplemente no sabía ni cuándo ni dónde.

Esta noche, me estoy preparando un té después de una larga semana.  Observo la tetera, pensando en mi madre y en su sabiduría.  También pienso en Miao Tsan y en la sabiduría que ha recogido de una sucesión de Maestros Zen que se remonta hasta el Buda Sakayumi.  Estoy usando té en hebras, en lugar de té en saquitos.  He aprendido bastante sobre el té desde que comencé a trabajar en los libros de Miao Tsan.  Y el té no es más que el principio de todo lo que he aprendido.

Hace un año edité uno de los libros de Miao Tsan, Sólo usa esta Mente.  Él iba a venir a Houston para dictar unos cursos sobre enseñanza de meditación, para reunirse con varios grupos e intelectuales de la ciudad y para un diálogo con Pittman McGehee sobre el encuentro entre Oriente y Occidente patrocinado por el Centro Boniuk para la Tolerancia Religiosa de la Universidad Rice y por Bright Sky Press, nuestra editorial.  Sentía que había aprendido muchísimo de mi experiencia al editar este libro desde la primera traducción del chino, pero no sabía cómo sería la visita del Maestro.  No sabía cómo iba a interactuar con Pittman (que había sido decano de mi propia iglesia), no sabía si lo que yo había comprendido de sus palabras llegaría a los amigos que había invitado a estos eventos.  Observaba la tetera y me preguntaba si llegaría el agua a hervir.

Esta noche, no veo la hora de que llegue la próxima visita de Miao Tsan a Houston.  Va a volver la semana próxima para dictar cursos de meditación, reunirse con varios grupos e intelectuales de la ciudad y para un diálogo sobre el encuentro entre Oriente y Occidente con Sam Karff, un rabino a quien hace tiempo aprecio mucho.  Estoy entusiasmada por la semana que entra, porque sé que estos eventos les ayudará a comprender muchas cosas a los habitantes de Houston, a mis amigos.  Desde la visita del año pasado, he editado otro de los libros del Maestro, El origen es puro.   Entiendo un poco más su sabiduría y sé que este nuevo libro tiene mucho para ofrecernos a todos aquellos que buscamos la iluminación.

El agua de la tetera hierve.  Mi té está listo.  No estoy segura de cuál será el último lugar donde voy a buscar, pero me alegro de esperar con ansias su visita y de tener estos dos libros del Maestro para leer.  La sabiduría viene de muchísimas fuentes y el té siempre es un placer.

¡Exprésate!
Posted on 06.01.11 | by admin

Nos encontramos en este momento en el proceso de corrección del próximo libro del Maestro, El origen es puro, en inglés. Es un proceso fascinante; cada vez que trabajo en el libro, aprendo algo nuevo sobre las enseñanzas del Maestro, cosa que es de esperarse. Y el proceso editorial también me brinda una nueva comprensión, que es como una iluminación adicional.

Lo hacemos de la siguiente manera: Miao Tsan escribe sus libros en chino. Este hecho, por sí mismo, me brinda una visión nueva, porque nunca supe que había tantos tipos de chino diferentes. Escribe en su lengua materna, que es el chino tradicional. Luego, Jay lo traduce al inglés. Jay es muy idóneo para esta tarea, porque creció en Taiwán y se vino a vivir a los Estados Unidos cuando era adolescente. Como comprende profundamente las enseñanzas del Maestro, logra que el idioma inglés refleje todos los matices que se encuentran en el original.

Aquí comienza mi trabajo, que consiste en constatar que el inglés no solamente sea preciso, sino que también resulte accesible para los lectores norteamericanos. Luego de hacer las correcciones que considero adecuadas, Jay y el Maestro las revisan para asegurarse de que el sentido de las palabras se mantiene lo más cercano posible a su sentido original. Debido a que fui la correctora del primer libro del Maestro que fue traducido al inglés, Sólo usa esta Mente, el proceso es rápido y no presenta dificultades.

Pero, de vez en cuando, nos encontramos con una frase que nos recuerda que los idiomas son una herramienta imperfecta para llevar a una comprensión perfecta. El subtítulo de El origen es puro fue una situación que nos recordó ese problema.

El título fue de fácil traducción, y todos sentimos que se adecuaba al contenido del libro. Pero las discusiones sobre el subtítulo nos mostraron las diferencias que existen entre la mentalidad oriental y la mentalidad occidental. No tengo idea de cuál fue el subtítulo en chino, pero la primera traducción que recibí decía: Una conversación Zen en la Era de la Mente para la armonía entre el hombre y el cielo. Esto me sonó un poco discordante, así que lo corregí para que dijera Creando la armonía entre el hombre y el cielo en la era de la Mente.

El agregado de la palabra “creando” era útil para mí, porque sugería lo que el lector podría aprender a través de la lectura del libro. Pero ese agregado daba un matiz de sentido que no estaba presente en el original, así que volvimos al borrador. La siguiente sugerencia fue Expresando a partir de la creativa y sin forma fuente de la vida. Era correcto desde el punto de vista del sentido, pero era una frase demasiado vaga para mí. ¿Expresando qué cosa?

En el Zen, me enseñó el Maestro, no son las respuestas sino las preguntas las que tienen poder. Para él, que yo me preguntara cuál era el verdadero significado de “expresando” me ponía en una situación mucho mejor que si él tuviera que darme la respuesta servida en bandeja.

Pero, conozco el negocio de los libros desde hace bastante tiempo, y los encargados de las ventas y los distribuidores me han martillado la cabeza diciéndome que un subtítulo tiene que tener una utilidad. O bien define mejor al libro, o debe ser un eslogan de ventas efectivo. Reconociendo que el enfoque occidental debía ser más literal y menos abierto, intentamos sustituir “expresando” por “viviendo”. Objeté que seguía siendo muy vago. Muy poco Zen. Y sin duda ellos sintieron que yo estaba muy atrincherada en mi opinión.

Pero luego, como suele pasar cuando se llega a un impasse en la comunicación, dejamos de intentar redefinir lo que ya se había dicho y fuimos hacia el significado más profundo. ¿De qué trata realmente el libro El origen es puro? No importaba si las palabras en inglés traducían literalmente las palabras chinas, lo que era importante era lo que un lector norteamericano iba a entender lo que significa el nuevo libro del Maestro.

El origen es puro: el descubrimiento de lo divino en nuestro interior. De eso se trata.

¿Está bien aunque no sea budista?
Posted on 03.31.11 | by admin

La verdad no tiene forma, igual que el Vacío, pero puede expresar su existencia de muchas formas. Por lo tanto, la verdad no tiene que ser cristiana, o específicamente católica o protestante, ni debe ser islámica o budista. La verdad no necesita ser la del budismo Theravada, Mahayana o Vajrayana. La verdad es, simplemente, la verdad, y es universal*.

Cuando fui por primera vez al Monasterio Zen Vairocana para trabajar con Miao Tsan y con Jay, la persona que tradujo originalmente Sólo usa esta Mente del chino, me preguntaba qué pensarían ellos sobre mi propia filosofía que es tanto más occidental y tradicional que la que expresa el libro. Me preguntaba si intentarían convertirme, si me forzarían a ser budista, al igual que muchos de mis amigos cristianos que quieren que la gente conozca a Cristo. Me preguntaba si yo podría adaptarme al monasterio.

Hay una profesora en la Universidad de Houston que se llama Brene Brown y a quién respeto mucho. Ella investiga el fenómeno de la vergüenza y los usos de sus descubrimientos son infinitos. Uno de los temas que aborda es la autenticidad. Bajo esa categoría, explica la diferencia entre “pertenecer” y “adaptarse”.

“Pertenecer” significa conocerte a ti mismo y sentirte cómodo contigo mismo, no importa dónde estés. Después de pasar muchos años tratando de adaptarme, como pez fuera del agua, como oriundo de Texas en Nueva York, como editora con maestros, me he convertido en una experta en la lectura de señales, sabiendo qué decir y qué no decir con tal de no llamar la atención.

Lo primero que aprendí en el monasterio fue que no era necesario adaptarse. Me recibían tal como yo era. Es fácil pertenecer a este sitio. Su fundamento es la idea de que las cosas superficiales que nos hacen sentir tan diferentes entre nosotros son únicamente caparazones creados por nuestros pensamientos y por nuestro karma, son el resultado de nuestras acciones pasadas.
Cuando logramos comprender nuestros pensamientos separados de éstos caparazones de karma, vemos la verdad. La verdad puede encontrarse en cualquiera de nuestros caparazones. Estamos más cerca de comprenderla cuando elegimos tomar un camino que nos ayude a eliminar la dependencia de nuestros caparazones.

Ese es un pensamiento iluminador. Eso explica porqué puede pertenecer a un monasterio Zen una mamá occidental que lee, con la misma pasión, una revista alternativa sobre política como una revista sobre modas, estudia a Henri Nouwen y aprecia las películas de Adam Sandler, le gustan los vegetales pero prefiere la carne, enseña en la escuela dominical y le gusta tomar un poco de vino.

Es un sitio universal.

* Sólo usa esta Mente